El efecto Dunning Kruger en las organizaciones

“El principal problema de la humanidad es

 que los estúpidos están seguros de todo,

mientras que las personas inteligentes

se encuentran rodeadas de dudas”

Bertrand Russel

 

 

No me considero experto ni especialista, así me presentan en los seminarios y congresos donde soy invitado, creo que la gente te pone esos adjetivos para destacar la trayectoria profesional. Claro, después de 25 años de experiencia, realizar consultorías a más de 200 empresas, 30 investigaciones y 32 licitaciones ganadas, algo de conocimiento del tema debo tener. Estas palabras se dijo Jaime Muñoz psicólogo de profesión, catedrático de dos prestigiosas universidades y referente en evaluación de clima laboral en las organizaciones.

 

Ese día soleado sostendría una última entrevista en el Directorio de una organización para sustentar su propuesta de trabajo. Esa entrevista era la decisoria, Jaime ya había sostenido reuniones con gerentes y el Directorio, la entrevista era con el asesor.

 

Ambos se encontraron en la puerta del Directorio, el asesor ocupó el lugar del presidente del Directorio, Jaime libreta en mano espero estratégicamente que el asesor le invitara a tomar asiento.

 

El asesor levantó las mangas de su saco y pudo relucir su reloj de oro asomando por el puño de su camisa, movió suavemente la cabeza sin apartar la vista de Jaime. El Directorio me ha pedido que emita una opinión sobre su propuesta, le escucho. 

 

A Jaime le era conocida esa frase, comenzó a explicarle punto por punto, se concentró en la metodología cuyo principal beneficio era un ahorro considerable de tiempo, Jaime sabía que la metodología era su fortaleza, pues con sus alumnos del curso “evaluación del clima laboral” había validado su metodología, y tenía como evidencia que en 18 de las 20 empresas más importantes del país la había aplicado con resultados contundentes.

Pedro, así se llamaba el asesor, le escuchaba con un rostro inexpresivo, parecía que no respiraba, su cuerpo se perdía en la cómoda silla de cuero negro, el poco cabello que tenía, parecía planchado con aceite, solo movía las manos para mostrar su reloj.

 

Jaime culminó su exposición, y luego escuchó las preguntas del asesor. Jaime era precavido, anotaba todas las preguntas, su experiencia en este tipo de negociación le había enseñado a escribir las preguntas e intervenciones.

 

Pedro se mostraba muy seguro, cuando hablaba utilizaba términos de administración, psicología, finanzas, mencionaba autores como si fueran sus amigos y los libros los citaba con número de página. Jaime, se dio cuenta que el asesor, no tenía como objetivo escuchar su propuesta, sino enseñarle como se realiza una evaluación de clima laboral.

Ya en casa, Jaime revisó sus apuntes y verificó que ninguno de los autores, ni los libros citados existían. Tampoco las empresas que según el asesor eran de primer nivel no figuraban en directorio comercial alguno.

 

A las 9 de la mañana del siguiente día, la secretaria del Gerente general llamó a Jaime, comunicándole que habían decidido por otra propuesta y le agradecía por su tiempo. Se enteró después que Pedro La Rosa, el asesor, había cuestionado su propuesta por no seguir una metodología convencional.

 

Solo después de investigar la curiosa forma de comportarse de Pedro La Rosa, descubrió que había sostenido una reunión con una persona que presenta el efecto Dunning Kruger.

 

Un poco de historia

Nos remontamos al año 1990, país Estados Unido, específicamente en la ciudad del acero: Pittsburgh. Una persona de 49 años asalta un banco, lo curioso es que el asaltante, tiene el rostro descubierto, sin nada que oculte su identidad, las cámaras captaron su rostro, fue fácil identificarlo.

 

Cuando lo apresaron manifestó su sorpresa, ¿Cómo sabían que era yo?, les preguntó a sus captores. El novato asaltante afirmaba que su rostro era invisible porque se había aplicado zumo de limón en la cara, y lo decía con sorprendente seguridad. 

Esta idea surgió cuando Mac Arthur Wheeler, así se llamaba el asaltante, escuchó a un amigo que los rostros se ponían invisibles al contacto del zumo de limón. Wheeler hizo la prueba y se tomó una foto, cuando revisó su cámara no salió su rostro (después se comprobó que había tomado una foto del techo) Para Wheeler esa “prueba” fue más que suficiente, conclusión: “El rostro se vuelve invisible cuando se humedece con zumo de limón”

 

Para los medios de comunicación el frustrado asalto no pasó desapercibido, menos para los psicólogos sociales de la Universidad de Cornell, David Dunning y Justin Kruger, quienes comenzaron a investigar cuáles habían sido los mecanismos mentales presentes en Mac Arthur Wheeler para estar convencido del efecto de volverse invisible con el zumo de limón.

 

Dunning y Kruger, dividieron a su grupo de estudio en dos, el primer grupo estaba conformado por los que presentaban resultados altos en determinadas competencias y el segundo grupo en las mismas competencias evidenciaban un resultado bajo o incompetente.

 

Cuando a las personas del grupo de incompetentes se les informaba de sus bajos resultados, ellos consideraban que la puntuación era injusta, cuanto mayor incompetencia se evidenciaba cuestionaban los resultados, las preguntas, hasta al investigador.

El efecto que después se bautizó con los apellidos de los investigadores, estaba relacionado con la percepción que tienen los seres humanos de sus competencias o habilidades, donde se evidencia una disminución en la capacidad de autoconocimiento, esto se conoce como sesgo cognitivo.

 

Los resultados de la investigación fueron publicados en Journal of personality and social psychology en el año 1999 y se concluyen cuatro aspectos claves:

 

  • Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer su extrema ineficiencia.
  • Los individuos incompetentes tienden a sobrestimar sus propias habilidades.
  • Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer la habilidad de otros.
  • Si los individuos son entrenados pueden mejorar sus habilidades y aceptar su falta de habilidad previa.

 

¿Cómo reconocer a una persona que presenta el efecto Dunning Kruger?

Las personas que presentan este efecto sobrestiman sus habilidades y le es difícil reconocer su incompetencia.

 

Tienen un exceso de autoconfianza y se muestran seguros de lo que dicen y se sienten capaces de hacer de todo y hacerlo bien, pero no miden o planifican las consecuencias.

 

Tienen un pensamiento rígido, creen tener la razón sin fundamento alguno, intentan imponer sus ideas como una verdad absoluta e incuestionable. 

 

Presentan una superioridad ilusoria, se muestran proactivos, la palabra imposible no existe en su vocabulario.

El efecto Dunning Kruger en las organizaciones

Imaginemos las consecuencias que podría traer que un trabajador asegure que puede realizar una actividad por encima de sus capacidades, por ejemplo, que opere un montacargas sin tener la licencia correspondiente, o que maneje un tráiler, porque es igual que manejar un camión. Estamos de acuerdo que las consecuencias son previsibles: no serían tan positivas y podrían desencadenar en un accidente.

 

En el ámbito de la seguridad hemos escuchado lo siguiente: “Un accidente ocurre por falta de información o exceso de confianza”. Nos queda claro que las personas que presentan el efecto Dunning Kruger se ubican en “exceso de confianza”. La ignorancia proporciona más confianza que el conocimiento.

 

La persona que presenta el efecto Dunning Kruger se muestra colaborador, entusiasta, acepta realizar una actividad por encima de sus habilidades, si no lo realiza culpa a terceros o la falta de apoyo de la empresa, ocasionando pérdidas de tiempo y de dinero, afectando la productividad y el logro de los objetivos.  

 

¿Qué pueden hacer las empresas?

Partimos de las siguientes ideas:

  • Nadie puede ser experto en todo, todos tenemos fortalezas y debilidades, si somos conscientes de nuestras debilidades podemos superarlas. 
  • Para realizar algo bien, se debe tener un mínimo de habilidades y competencias que proyecten un buen desempeño.

 

De acuerdo a estos dos puntos, proponemos que se preste atención a lo siguiente:

 

En la entrevista psicológica de selección, observar si está presente un entusiasmo desmedido del postulante. 

 

Cuando una persona ingresa a la empresa hay que evaluar su perfil de competencias profundizando en su autoconcepto y sus relaciones interpersonales, el postulante contratado debe tener conocimiento de su perfil de ingreso y ser consciente de sus fortalezas y debilidades.

 

Los resultados de la evaluación de desempeño deben ofrecer un feedback por área y discutir las competencias encontradas o ausentes.

 

Desarrollar talleres de comunicación asertiva.

 

Muchos de los riesgos encontrados en una empresa se convierten en accidentes cuando se sobreestima las capacidades de las personas.

 

Estudiar el efecto Dunnnig Kruger es todo un reto para las organizaciones que desean instaurar una cultura de la seguridad. En este mundo globalizado y competitivo donde las paredes de las empresas muestras orgullosas las certificaciones ISOS, proclamas de respeto al medio ambiente y el compromiso de con la seguridad y salud, deberíamos recordar aquel famoso proverbio latino “Hombre soy, nada humano me es ajeno”

 

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Comentarios: 1
  • #1

    Carlos Glener (domingo, 16 julio 2023 14:46)

    Muy bueno.