Escuchar para prevenir

Desde hace quince años, Juan Robles, trabajaba en una empresa metal mecánica. Como todos los días, llegaba aseado, bien peinado y con los zapatos lustrados como se fuera el primer día de colegio. Siempre era el primero en firmar la asistencia, muchos se preguntaban, cómo viviendo tan lejos podía llegar tan temprano. Se daba el tiempo de ponerse sus equipos de protección personal tal como indicaba el procedimiento. Cuando se ponía los guantes, movía los dedos ágilmente para que los guantes parezcan una segunda piel, pensaba que los habían hecho a su medida

El prevencionista consideraba que Juan, era un trabajador modelo en conducta seguras, siempre respetaba los procesos y mas de una vez, recibió felicitaciones de sus superiores.

Juan era de pequeña estatura, siempre sonriente y tenía la costumbre de saludar a sus compañeros reconociéndolos por su nombre. Era considerado experto en el manejo de la sierra circular, su destreza en sus casi quince años era increíble, cortaba las piezas metálicas a la perfección y sus cálculos milimétricos en el corte permitían minimizar los desperdicios de metal.

Fue un martes 13, que se encontró en la puerta con César Vera, era menor que él, pero había estudiado en un instituto razón por la cual era Supervisor en la empresa.

 

- Muy buenos días ¿cómo está mi supervisor César Vera?

-  Muy bien Juan, todo bien, para comenzar el día.

 

El supervisor quiso preguntarle cómo estaba, pero Juan ya iba camino a su lugar de trabajo.

Después de dos horas de iniciadas sus labores, Juan recibió una llamada en su celular. Siguiendo el protocolo, apagó la máquina y cuando se cercioró que la sierra estaba detenida, la cubrió con su forro y se fue al patio a contestar la llamada. Sus compañeros observaron que se quedó estático en la esquina, tapando con una mano izquierda el teléfono, como para no ser escuchado, Juan movía la cabeza nerviosamente de arriba hacia abajo, cerró los ojos, inspiró profundamente y regresó a su lugar de trabajo.

En el taller los trabajadores exhibían puestos sus audífonos, si se los quitaban, escuchaban los cortes de metal, los sonidos graves de la soldadura, no era bulla específicamente lo que se escuchaba, era un concierto en alto volumen de metales cortados, soldados y golpeados. De pronto un sonido traspasó los audífonos y le despertó un recuerdo inconsciente, era un grito de dolor y los obligó a dirigir mirada al lugar de trabajo de Juan Robles.  Juan gritaba, pero no se movía, se cogía la mano derecha de donde brotaba sangre, pedía ayuda y cuando reconoció que los dedos cortados que estaban en el suelo en medio de un charco de sangre, eran los suyos, se desmayó. Fue evacuado al hospital, en medio de un gran silencio y rostros de dolor.

 

Eso sucedió el martes 13.

 

A primeras horas del día miércoles circuló la noticia que, debido a la gran pérdida de sangre, los dedos no pudieron ser reimplantados, Juan todavía permanecía en cuidados intensivos.

El Comité de seguridad convocó a una reunión urgente a todo el personal, el prevencionista organizó un taller para analizar el accidente, la convocatoria fue que todo el personal asistiera, siendo casi un centenar de trabajadores, los organizo en cinco grupos. Después de una hora, los grupos llegaron a la conclusión, que el accidente ocurrió porque trabajó sin guantes, técnicamente fue una conducta insegura. El taller fue interrumpido con la llegada del Gerente general quien se dirigió al auditorio apenas cruzó la puerta.

 

Señores muy buenos días, les pido la máxima atención, estoy aquí para comprender que pasó con Juan Robles, el accidente que sufrió nuestro colaborador ha traspasado los muros de la empresa, el día de ayer la noticia ha sido difundida en dos programas de alta audiencia, y hoy en la mañana la he escuchado en la radio, la central telefónica de la empresa tiene registrada llamadas de la prensa escrita y de radio. He venido para saber de primera fuente no porque sucedió el accidente, sino porque Juan Robles siendo un buen trabajador, que nunca tuvo una llamada de atención, se accidentó porque no tenía puesto sus guantes. Esto es preocupante no solo por el accidente, sino porque hoy hemos recibo notificación de cuatro de nuestros principales clientes que nos comunican que ya no contarán con nuestros servicios.

 

Señores yo no me voy a retirar de aquí hasta que tener la certeza por qué Juan cometió esa conducta insegura por la que ha perdido tres dedos y en este momento lucha por su vida en cuidados intensivos. El día de hoy nadie trabajará, ¿He sido claro? Quiero que cuando me retire de la empresa el día de hoy, llevarme una razonable respuesta contundente de lo que realmente sucedió, es la primera vez que en veinte años de fundada la empresa, tenemos un accidente de este tipo.

 

El prevencionista, fue invitado a exponer un análisis de lo ocurrido, tenía experiencia de docente y expuso por primera vez sin palabras técnicas, lo hizo con voz pausada como si quisiera que se quedara grabado en la mente de todos los asistentes. Comenzó con una pequeña introducción de la relación entre el factor humano y los accidentes, enumeró cuatro teorías de autores cuyos nombres eran de difícil pronunciación, mostró las estadísticas de accidentes de la empresa en coloridas láminas en power point, éstas mostraban una curva por debajo de las empresas del sector,  el dato mas interesante: nunca antes habían tenido accidentes como el que le ocurrió a Juan Robles, otra lámina mostraba las horas de capacitación , fotos en plena práctica de corte de metal, otra mostraba la certificación de garantía de los EPP y la última lámina:  la foto que se publicó en la revistas del sector recibiendo la certificación de la trinorma, esa misma foto que aparecía, apenas uno ingresaba a la página web de la empresa. Después de media hora y de diez láminas se concluyó que una conducta insegura era la causante del accidente de Juan Robles.

 

El Gerente general intervino: Estimados colaboradores, agradezco que hayan llegado a tan minucioso análisis, eso explica el accidente, ¿pero por qué actúo así Juan? Un excelente trabajador que inclusive fue instructor de la trinorma, alguien me puede decir ¿por qué ocurren los accidentes?, independientemente de las teorías tan bien explicadas por nuestro prevencionista.

Señor, interrumpió el prevencionista, hemos utilizado todas las técnicas para analizar un accidente, son las mas utilizadas y conocidas.

 

El gerente levantó la voz preguntando al auditorio ¿Ustedes por qué creen que a Juan le ocurrió el accidente? 

 

Exceso de confianza dijo el supervisor mas antiguo, un capataz conocido como “el tío”, hombre canoso, que cuando hablaba parecía que rezaba, gozaba de la autoridad que le dan sus años.

De acuerdo exceso de confianza y qué mas, preguntó el gerente general.

Bueno hay una teoría que indica que los accidentes ocurren por exceso de confianza o por falta de conocimiento, susurró el prevencionista, como queriendo cerrar el tema.

 

Y eso ¿qué significa? pregunto el gerente general.

Yo quiero intervenir, se escuchó una voz al fondo del auditorio, era César Vera, supervisor de Juan Robles, César cuya alta estatura contrastaba con la suavidad de su voz, se abría paso entre los asistentes, le decían “el cura” porque le gustaba escuchar a sus compañeros, era común verlo al fondo del comedor de la empresa, nunca solo. Siempre mirando a su interlocutor, siempre escuchando. Sus compañeros decían que se podía hablar con él sin temor a ser criticado, su mayor virtud era escuchar como un cura, de allí su sobrenombre.

Señor gerente yo quiero contarles algo, desde hace una semana Juan Robles estaba muy preocupado, a pesar de eso venía a trabajar, ocultando lo que lo pasaba, ¿alguien se dio cuenta de lo que le pasaba a Juan Robles? Nadie ¿no es cierto? él siempre mostraba una actitud positiva, pero la realidad no era así.

Juan Robles, tenía a su esposa enferma - César se esforzó en levantar la voz -  no tenía quien la cuide en casa, un día antes la encontró desmayada y el martes tenía que internarse en el hospital, Juan me pidió permiso, fuimos a conversar con el Jefe de taller, pero se lo negó.

 

- El prevencionista, mirando fijamente al jefe de taller le preguntó ¿te pidió permiso?

 

      - Sí, pero no tenía documento que lo sustente, contestó bajando la cabeza.

El día martes, conversé con él en la puerta de ingreso, y me dijo que el doctor le advirtió que, si su mujer se desmayaba, era una señal que la enfermedad había avanzado y que ya no se podía hacer nada, salvo internarla. La llamada que recibió ese martes en la mañana, fue para comunicarle que su esposa había fallecido.

 

¿Cómo sabe usted eso? preguntó el gerente.

Es que soy su vecino, vivo frente a su casa, y no se cómo hace para llegar antes que yo al trabajo. 

Y es cierto que esa llamada ¿fue para comunicarle que su esposa había fallecido? volvió a preguntar el gerente.

SI, porque esa llamada la hizo mi esposa, quien la acompaño ese día, eran muy amigas.

 

El auditorio se quedó callado, como si se hubiera detenido el tiempo, como si posaran para una foto en un velorio.

 

El gerente quiso dirigirse a auditorio, cogió el micrófono, lo apagó y lo dejó en la mesa. Se despidió moviendo la mano derecha, su silencio fue acompañado por todos, solo se pudo escuchar sus pasos que se alejaban y su imagen se perdió en la puerta. 

En horas de la tarde se reunió con el comité de seguridad, el jefe de taller, la psicóloga, el médico y la trabajadora social.

 

El jueves por la mañana, la empresa colocó avisos en el periódico mural, en el comedor en las cuatro paredes del taller, en cada oficina, el texto era el mismo que envió por correo electrónico a todos los trabajadores:

 

De: Gerente general

A: todo el personal

Asunto: Medidas tomadas por la empresa

Estimados colaboradores, a raíz de lo ocurrido el martes 13 en las instalaciones del taller y después de haber analizado junto con el comité de seguridad y especialistas de la empresa, les comunicamos que, a partir de hoy, vamos a implementar una nueva técnica que posibilitará reconocer y aminorar los riesgos, esta técnica es como consecuencia de volver a valorar la importancia que tiene el principal activo de esta empresa: USTEDES.

Se realizarán talleres de capacitación intensivas, participarán todas las instancias de la empresa y su carácter de asistencia es OBLIGATORIA. La asistencia será con copia a la Gerencia general.

Las clases comenzarán hoy por la tarde, el taller se llama: Escuchar para prevenir.

 

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